Hoy al fin me he parado
en mi loco caminar.
He mirado,
he buscado,he deseado encontrar.
Y cuando hacia mí he vuelto,
cuando me he querido mirar,nada he encontrado
que me pueda interesar.
Me he quedado tan quieto
que ni siquiera el respirar
de mi pecho he siento.
Me he sentido tan solo
que aunque miraba y miraba
ni mi sombra encontraba.
¡Se me ha cortado el aliento!
¡No encuentro de mí
ni el arrepentimiento!
¿Que me ha pasado
que tanto que llevo andado
no ha marcado,
en mi cuerpo,ni huella del pasado
ni polvo que certifique que viví
una vida tan intensa
como yo la creí?
¡Me siento muerto!
No conozco nada de mí
que me pueda conducir,
a través de este desierto,
a la vida que perdí.
Y no es que recuerde esa vida,
que parece no existir.
Es que sé que ya nacido
he llegado hasta aquí
y sólo encuentro el olvido...
¿que se ha producido,
que he dejado de vivir
y siento la vida entera
latiendo dentro de mí?
¡Que extraño sentimiento
que creyéndome ya muerto
ahora sé que es vivir!
Camino ya sin andar.
Llego donde nunca soñé.
Veo ya sin mirar
y mis ojos al fin ven.
Ando sobre las aguas
que son una eternidad.
Me mezo sobre la brisa
que surca alegre en el mar.
El fuego ese la sonrisa
que me ayuda a caminar,
y sus ojos son las ascuas
que iluminan el lugar.
¿Es acaso un sueño
lo que acabo de encontrar?
¡Es el sueño más vivo
que haya tenido jamás!
Y cuando esto pienso,
he vuelto la vista atrás
y en el suelo,tendido,
mi cuerpo dormido,reposa en su final.
De puntillas
sin hacer ruido,
de ese cuerpo he huido
porque al final he conocido
que yo soy en realidad
el que durante años,escondido,
a hurtadillas,
miraba al mundo con ansiedad
esperando lo que permitiera
encontrar mi libertad.
Del libro ¿quien soy yo? de Marian Perez